martes, 21 de diciembre de 2010

K.O.P. + INTERLUDE (Sala López, Zaragoza) - 18/12/2010

Para algunas bandas, el mensaje de sus canciones resulta tanto o más importante que la música que lo envuelve. En ocasiones, dicho mensaje surge con el objetivo de concienciar o transmitir realidades sociales muy distintas a las que habitualmente escuchamos en boca de representantes políticos o se nos presentan a diario en los principales medios de comunicación.

En una época ahogada por el pesimismo y la incertidumbre, por la crisis de millones de familias, resulta de lo más saludable que existan voces dispuestas a tratar de despertar la conciencia social de una las generaciones más pasivas y adormecidas que jamás ha visto crecer esta tierra. Si es con música de calidad, mejor que mejor.


Debo confesar que, en lo personal, no me movía ni el perceptible cariz político del evento (Concebido como acto de una jornada en homenaje a los luchadores y luchadoras por los derechos y libertades nacionales de Aragón), ni tan siquiera que los barceloneses K.O.P. presentasen su nuevo trabajo Acció Directa. Lo que venía alimentando mi ilusión desde hacía varias semanas era comprobar de una vez por todas como se las gastaban los locales Interlude sobre el escenario.

Pese a haber publicado tres trabajos desde la fecha de su formación (2005) hasta hoy, no fue hasta este pasado verano cuando supe de ellos gracias a myspace. La sorpresa fue mayúscula y rápidamente me hice con su material.


Interlude pueden presumir de haber conseguido definir un sonido propio y característico dentro de un género tan prolífico en los últimos años como el post hardcore. Instrumentalmente fantásticos, vocalmente impactantes, la autoría de sus composiciones resulta perfectamente identificable a todos los niveles. Todas las partes implicadas, base rítmica, guitarras y voz, hacen gala de una serie de matices o elementos distintivos que les permiten brillar de manera individual así como construir juntas una muralla sónica que fortalece su mensaje, una oda al pensamiento crítico. La rabia del hardcore y la emotividad del post rock se dan la mano en la propuesta de una formación que tiene calidad de sobra para convertirse en uno de los referentes del rock alternativo estatal.

En lo que respecta a su reciente actuación en La López, ocurrió exactamente lo que me temía, Interlude poseen un directo arrollador que no sólo refrenda sino que supera lo conseguido en el estudio, y un servidor se quedó con ganas de más pese a ser perfectamente consciente de que su puesta en escena no se alargaría más allá de la hora de duración. 




Es posible que a causa del pequeño problema surgido con una de las guitarras su setlist se viese acortado en un par de temas, pero lo cierto es que me resultó imposible no echar en falta joyas tan representativas como "L'Hiver" o "De Vuelta A Tu Origen". Sin perder el hilo de los aspectos referentes al directo, mención especial merece la personal voz de Pelopo, desgarrada y cortante, una auténtica maravilla dentro de un género, el hardcore, en el que no resulta nada fácil encontrar voces que aporten ese extra que enganche al oyente de inmediato desde el inicio.

En definitiva, una vez presenciado el que ha sido mi primer contacto con el directo de Interlude, cruzo los dedos para que tengan en mente publicar un nuevo LP y salir a la carretera con cierta frecuencia. Yo no pienso perdérmelos, nunca más.

Han pasado algo más de diez años desde que K.O.P. publicase su primer larga duración, Internacionalista (1999). A nivel de producción, Acció Directa está muy por encima de sus anteriores trabajos, y su sonido parece adquirir una nueva dimensión en algunos temas pese a resultar tan directo y efectista como siempre. El metal enérgico, contundente y sin florituras de los catalanes sigue invadido de sentimiento punk, proporcionando empaque a la constante llamada a la insurgencia que representa su obra.

Su directo es una descarga sin tregua de adrenalina y furia. La fuerza con la que van despachando un tema tras otro unida a la imponente presencia escénica de Juanra, no sólo estremecen sino que podrían terminar intimidando al más pintado. No aptos para oídos sensibles ni mentalidades políticamente correctas.


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