Empieza a costarme cada vez más trabajo encontrar calificativos con los que describir cualquier aspecto relativo a Toundra sin que pueda parecer pretencioso o exagerado. Si se trata de transmitir de manera eficaz el carrusel de sensaciones en que uno se ve envuelto cuando presencia su potente directo la tarea puede convertirse en toda una utopía.
Los madrileños han aprendido a moldear la perfección a su antojo con una habilidad pasmosa. No sólo son capaces de recrear sobre el escenario los paisajes y atmósferas plasmadas en sus trabajos, sino que sus composiciones adquieren bajo los focos una contundencia e intensidad superiores.
El inicio, encadenando "Tchod", "Magreb" y "Zanzibar", primer single extraído de (II) es abrumador. Veinte minutos sin tregua que desembocan en una emocionante explosión de guitarras, veinte minutos tras los cuales uno no puede dejar de preguntarse cómo carajo no los habrá conocido antes.
Toundra juegan con los matices progresivos con maestría, sus temas están repletos de subidas y bajadas, aunando melancolía y rabia a partes iguales. En ocasiones estos resultan tan traicioneros como las imágenes que evocan, "Bajamar", y "Danubio", en los que una aparente calma termina siendo consumida por riffs salvajes y tempestuosos, son dos claros ejemplos de ello.
La banda tiene un don especial para conectar con el público sin la necesidad de que uno de sus miembros adquiera un papel principal. Es simple, Toundra no necesitan una pose, los chicos van sobrados de talento y la destreza con la que utilizan sus instrumentos, su música, es argumento suficiente para que uno olvide al instante los problemas del día a día, sienta la necesidad de cerrar los ojos y se deje llevar. La química entre ellos es indudable y este aspecto tiene su eco en el resultado.
Gracias a Beatriz Jimenez por las fotos del concierto ;)
Si el inicio de su directo es arrollador, el tramo final resulta apoteósico. "Koschei" abre con violencia un último acto en el que la magia del cuarteto termina adquiriendo tintes épicos gracias a bestialidades de la talla de "Bizancio" (Por favor, que me entierren con ella sonando), o "Medusa", esta última de su primer trabajo (I).
Los pelos de punta. El público enmudece un par de segundos, es inevitable, continúa paralizado, atónito por lo que acaba de presenciar. Los aplausos comienzan por fin para alargarse en el tiempo, Toundra responde con un bis. Llegado el final, resulta imposible no tener la sensación de haber vivido algo realmente especial.
Si alguien me hubiese dicho hace un año que un grupo instrumental me iba a enganchar de esta manera lo hubiera dudado profundamente. Sin embargo, lo cierto es que después de escuchar a Toundra uno tiene la impresión de que, en su caso, parecen haber mamado tanto de propuestas progresivas como de sonidos más cercanos al hardcore o el metal. Que sus miembros formen de manera simultánea o hayan formado parte de bandas como Nacen De Las Cenizas, Gone With The Pain, o Ten Minute Man, ayuda a poner algo de luz sobre este hecho.
Además de ser una de las bandas nacionales con más talento y proyección fuera de nuestras fronteras (Si todo va bien, en primavera girarán por Europa), Toundra son unos currantes obsesionados con la perfección, sólo así se entiende que sean capaces de tejer un mosaico sonoro con efectos catárticos sobre el oyente. Poderlos disfrutar tan cerca de casa fue, además de una gozada, todo un privilegio. Gracias madrileños.
Puedes descargar legalmente (II) de Toundra desde la página web de AloudMusic:
Puedes descargar legalmente (II) de Toundra desde la página web de AloudMusic:
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